Guitarras.
Hasta el momento solo he tenido
cuatro guitarras en mi vida. Dos guitarras acústicas, dos guitarras eléctricas.
3 de ellas golpeadas repetidamente contra la pared. Una de ellas, la primera
que tuve, una acústica, totalmente rota
y hoy en día yace en un patio interior de mi casa como reliquia de los años de
secundaria. Las otras dos guitarras
eléctricas siguen con vida, pero gravemente golpeadas, pero aun así, una de
ellas suena bastante bien. La última guitarra que me compré está en perfecto
estado, aunque aun así no es la guitarra acústica ideal- demasiado ancho el
traste, ¿pero que esperas obtener con un pequeño, muy pequeño, bonche de
billetes? Nunca he sido tan apegado como para ponerle un nombre a cada una de ellas,
una adoptada, o raptada- dependiendo de la perspectiva. Quizá a fin de cuentas
solo fue un “intercambio”, pero la considero una parte indispensable de mi vida
y al parecer seguirá un par de años conmigo, aún cuando su columna cada vez se
quebraja más por aquellos golpes contra la pared hace un par de años
atrás.
Con todas ellas he compuesto un
par de canciones que prácticamente nunca han pasado de pequeñas sesiones con amigos
y múltiples grabaciones para mí mismo. Con ellas he tocado infinidad de covers,
desde Nirvana, Oasis, The Cure hasta The
Kills, Sonic Youth y otros de mis grupos predilectos. Con casi todas ellas
toqué alguna vez con buenos amigos en fiestas o algún pequeño evento de música
cerca de mi casa. Nada trascendental para el mundo más que para mi propio
interior. No soy el mejor guitarrista,
todo lo contrario, pero aun así trato al menos una vez por semana no perder la
oportunidad de tocar un acorde. Desearía ponerle todo mi empeño algún día. Este día me la pasé
tocando canciones de Noel Gallagher´s Higy Flying Birds. Demasiada distorsión,
pero en algún momento sonó simplemente genial.
A veces simplemente empiezo a
tocar un par de notas que inexplicablemente me llevan a crear una sintonía
perfecta a mis oídos, solo a los míos. Como inicia, como termina, al final
nunca lo sé. Todavía no sé qué es lo que busco con la música, con mis
guitarras, con mis notas, mis palabras, mis composiciones fallidas. Lo único que sé es que no debo parar, sea el
sonido, ruido o melodía que termine de tocar al final de la tarde. Por lo
pronto, no creo sabio aconsejar que alguien se mude a vivir conmigo.
La misma fascinación que me produce entrar a una librería para admirar los cientos de libros que nunca compraré, me produce también estar un par de momentos en una tienda de guitarras con precios exorbitantes.
El sueño sigue y cada día se crean más guitarras.
La misma fascinación que me produce entrar a una librería para admirar los cientos de libros que nunca compraré, me produce también estar un par de momentos en una tienda de guitarras con precios exorbitantes.
El sueño sigue y cada día se crean más guitarras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario