domingo, 11 de julio de 2010

no sé por qué siempre me fascinan tanto las historias de amor y locura. 4 películas a ver. Indecisión, pensar demasiado cuando no hay que pensar demasiado. Llegué tarde. 20:40 y entonces 20:45 cuando llegué a la taquilla a ver qué películas había. Horarios. No está la dichosa película de las 20:45 y entonces solo están las películas de las 20:30 y las películas de las 20:45 no están programadas, ni una sola- quizá- por ser exacto. Entonces veo las opciones que solamente son las películas de las 20:30. Sinopsis. ¿Cómo alguien puede leer sinopsis de tres párrafos cuando tiene prisa y cada párrafo es una escena menos de la película que terminará por ver? Fragmentos. Líneas sueltas. Deberían de ser así, ahora lo pienso. Mediante fragmentos llego a la película polaca "El jardín de Luisa". Hospital psiquiatrico. Me atrae. Una relación entre un tipo problemático y una chica con trastornos mentales. No me hace falta más y compró mi boleto, con mi credencial de estudiante, que ya no es más credencial de estudiante- pero finjo demencia y actúo con naturalidad. Buenas noches, incluso con normalidad y empatía al que está en la taquilla. Siempre es más interesante lo problemático. Pláticas vacías es como comer en McDonald´s. Fast food- pláticas sin sentido. Algo así dice un personaje. Me siento atraído a palabras fuera de lo común, frases, humor. Eso es lo real. Cada vez se vuelve más difícil. Decir algo con humor y totalmente ingenioso. ÉL guarda silencio, aunque guardar silencio sea peligroso. Eso me llama la atención de ELLA. Desde que la conocí siempre única. Entre la total generalidad. Final feliz, me produce una sonrisa, aunque yo esperaba lo contrario. Un final imperfecto. Por un momento pensé que sería un final ingenioso. Una broma perversa. Pero fue un buen final,a final de cuentas y eso es lo que cuenta, al parecer. Pureza rodeada de lo más impuro de este mundo. Búsqueda del amor. Una prueba de amor sincera, eso es justo lo que ella busca. Comprensión dentro de la incomprensión eterna. Ser distinto y no dejar de serlo. Para algunos interesante. Y luego comienzo a pensar que estoy pensando en que estoy pensando, pensando en pensar y pienso que pienso en pensar pensamientos continuamente, sin cesar, no parar, circulos eternos, hasta decirme, a mi mismo- claro, esto es una tontería. Entonces hago el esfuerzo de pensar en una tontería, mejor. Pero al mismo tiempo me río de pensar en una tontería como única solución viable contra pensar sobre, y en, el pensamiento. Emoción repentina. Tanta felicidad. Y un minuto después derrumbarse. He pensado seriamente que los humanos son como castillos de arena. De un momento a otro caen y son arrastrados por una gran ola en la cual no tienen poder alguno. Cualquier pensamiento es arrastrado, no importa que tan consistente sea. Cualquier sentimiento es arrastrado, no importa que tan inalterable sea. No hay poder humano el cual pueda contrarrestar el ser arrastrado uno. Uno lo sabe, tarde o temprano. Y no importa en absoluto, porque al minuto otro niño ya construye otro castillo de arena. Disfrutar la disolución. El agua. El fin. No entiendo sus respuestas. O al parecer, no quiero entender sus respuestas. Señales y signos. Palabras sin acento. ¿Y es lo mejor? Terminar de un momento a otro. No, no lo creo. Finalmente si lo creo, pero no lo siento. Simplemente es el anhelo-sueño de afecto. Ella. El sueño del cual siempre uno sabe deberá despertar. Tarde o temprano. Estás soñando, sólo solo soñando con esa persona. Y sólo esperas despertar. Despertar. Algo así dijo un protagonista de la película. Ecos y ecos. No hay que darse tanta importancia. Es el problema de los ecos. En la expectativa. En la expectativa. Te escucho, sabes. Te escucho y sonrío entonces.

miércoles, 7 de julio de 2010

deseando crear una luz de mi que sea intacta en la vida de la otra persona. Olvidando, recordando. Dos y dos. Brincando y sonriendo. El día fue eterno. Dos días fueron. Uno enfrente del otro. Las conversaciones. La inocencia. Nada cambia lo que hoy es y ayer en circulos. No poder decirlo y si decirlo siempre. Cuando no es más que quimica independiente a mi. Ver la luna implica un cambio quimico, no satisfacción producida por uno mismo al ver la belleza palpante. Te quiero.