sábado, 26 de julio de 2014

A naked women rest in my bed, but i can´t be able to feel anything about her tonight. It´s sad,  it´s repulsive, it´s not good, but tonight I can´t change my way to feel. I try to avoid this feeling smoking a cigarette in that little shadow in the corner of my room. I transpire, i close my eyes and i imagine to be in another situation, far away from that little shit of spectacle.  I would rather to be with my beloved one, the one that is on her own without a single thought about me, i suppose. This is not right, this is a mistake and I search for an answer about all this…. And then, suddenly, I got a message from the black heart. My black angel with the red lips.  She is agreeing with that last couple of words i sent her, with the smile I drew yesterday and she reminds it to me.
I woke up from of that nightmare in the sad room and my body is pure like snow once again.  It´s just a dream, it´s just a connection between two lost souls in the night.
We can smile again.  

domingo, 13 de julio de 2014

El día finalmente ha llegado y las ganas no resisten. Finalmente tendrá la oportunidad de presentarse al público y hacer lo que más le apasiona: tocar la guitarra y cantar sus canciones favoritas. El día está apartado y practica toda la mañana y tarde, aun cuando tiene miedo de perder la voz para la noche. Los ensayos son perfectos y en su cabeza lo tiene planeado todo perfectamente. Nada puede salir mal esta noche. Es hora de divertirse, hora de mostrarle al mundo de lo que está hecho y por lo cual se sostiene en pie hoy en día. Al llegar al punto de reunión todo pinta perfecto. Maneja a velocidad óptima y en tan solo 30 minutos atraviesa una parte de la ciudad para llegar al departamento. Será la primera sesión de sala, algo que había esperado desde hace tiempo. Será una noche grandiosa en la cual hará participar a todos. Jugará con su público y ni siquiera harán faltan las percusiones. Sus pies serán sus percusiones como lo hizo su amigo Ber.Ede. en un íntimo concierto para sus amigos y desconocidos en un bar vienés. Fue fascinante y quisiera poder lograrlo también. Por eso decide llevar su reflector para apagar las luces y que su gig sea lo más acogedor posible y la música pueda despertar un interés, un recuerdo especial. En el día invita a todos los amigos posibles, les cuenta que tocará de nuevo. Cuando la puerta del elevador se abre su amigo ya lo espera con la puerta abierta del departamento. Ella tenía razón: es un departamento pequeño. Con tres vistazos mide las dimensiones del cuarto, las personas presentes y el lugar ideal en donde tiempo después acomodará sus instrumentos, sus letras y su luz… su escenario. Jamás ha tocado en público canciones compuestas por sí mismo. En repetidas ocasiones estuvieron en su setlist varios títulos de sus composiciones, pero jamás se atrevió a compartirlas. Esta noche lo hará. Bien sea una canción, bien sean las tres que tiene programadas, esta noche será su debut dentro de su mundo de ilusiones. Es una guitarra negra Ibanez, que le recuerda su primera guitarra que tuvo. Su amigo tiene una caja de efectos sensacional. Cada vez crece la emoción y la euforia al probar los instrumentos y la posibilidad de sonidos que pueda emitir de un momento a otro. Será un éxito, sin duda. Se repite a cada paso que da dentro de la habitación. Conoce entonces a las demás personas y resultan conversaciones muy interesantes. Qué es lo que hace uno, que es lo que hará otro, que es lo que dejarán de hacer. El tiempo pasa. El escenario está listo. Un último vistazo a la lista de canciones que tocará. Hace anotaciones en las letras e incluso escribe en algunas de ellas los acordes que deberá tocar para que ningún imprevisto surja. Los efectos ya están seleccionados. Listo, todo está en orden. La mayoría sale a comer minutos antes, por lo que al terminar de alistar todo le queda un poco de tiempo de sobra para socializar un poco más con los que no salieron. Ríe con ellos y hay una empatía maravillosa. Eso reafirma que pasará un tiempo maravilloso al empezar su acto. Regresan los demás. Es hora. Su amigo conecta los últimos cables que faltaban. Prueba la guitarra. Prueba el micrófono. Toca un par de acordes para empezar a llamar la atención. Qué empiece todo. Entonces, le pide a ella que apague la luz para que pueda iniciar. Expectación de todos, emoción. Todos saben que su presentación será genial. Empieza a tocar los primeros acordes de la primera canción con la vista hacia…