viernes, 30 de diciembre de 2011

al oír la última nota observé tu partida con melancolía y cayendo en un silencio frío y total. Es curioso y a la vez tan absurdo. Te observé toda la noche y no dijé ni una palabra. Solo notas musicales y susurros que deseaba realmente penetraran en tu interior o simplemente llegaran enfrente de ti como una impresión para el amanecer. No dijé nada y jamás pronunciaste nada tampoco. La amargura me susurra, pero yo no decido ir porque mis defensas son bajas, podría caer completamente. En realidad, no deseo esto. Como las últimas notas, como las despedidas que perduran y no deseamos terminar, pero si debemos terminar. Si fuera tan fácil, simplemente me iría y buscaría un nuevo lugar en donde vivir. Apagar la luz en la noche, pero el brillo con el que uno escribe destella hasta el amanecer. Adición: asi ha sido la historia que se repite y se transforma mil veces. Pero ya no puedo y ya no puedo amarte. Me resigno a despedirme y los tonos simplemente se vuelven cada vez más largos. Los ecos de siempre que se vuelvan sordos ahora. Sin decir nada como nuestra vieja costumbre. Las sonrisas las perdemos ahora con más frecuencia. Todo es absurdo, porque lo absurdo uno simplemente lo busca y entonces uno lo crea. Uno es ingenuo y juega con su propia ingenuidad con mayor violencia cada vez hasta llegar al punto en que uno termine por destruirse. -Así parece- el eco de nuevo. Pensaba en tu nombre, te veía sin respirar, busque una canción e intenté decir adiós.

miércoles, 28 de diciembre de 2011

sonrisa, sonrisa, sonrío esta madrugada. Una página al futuro que brilla y que no parece desvanecer sino tomar cada día más relevancia. La relación entre música y palabras o entre imágenes y palabras. Entre cada partícula de uno mismo. -Vamos relajate solo un poco más, solo un poco más- ella me susurra a los oídos. - El camino no es tan largo ahora, no lo será más- me replica. Todo está en uno, dentro de uno. Ver películas con la familia. Ver películas en la soledad. Agradable y agradecer. -No hay que dejarnos caer- el gritó. Yo tambien lo pienso: no vale la pena dejarnos caer.

lunes, 26 de diciembre de 2011

uno pierde el tiempo escribiendo porquerías interminablemente. Buscando un tema interesante, una historia que mantenga la noche viva. O el atardecer o el amanecer, da igual. Después uno se da cuenta que ahí no hay más que mierda sobre mierda y todo se derrumba como las cartas mal acomodadas en el piso. Porque crear un nuevo mundo simplemente es algo casi absurdo, un nuevo planeta es casi imposible cuando uno ni siquiera ha sido capaz de abandonar el pasado y poder mirar sin más preámbulo el futuro. Inconformidad total. Uno se siente totalmente alejado de sus palabras y sus historias. Finalmente los efectos son los menos pensandos y uno está totalmente harto ya de cualquier tipo de historia por venir. No es lo sensato, no es lo real de uno. Porque en esto no hay un camino al cual seguir y construir fantasías es tan irrosiorio como seguir con gravedad a la realidad. La realidad es quizá la ficción más fascinante. Una broma, una broma total lo que escribes, él lo piensa totalmente. Enojo, repulsión- no hay más, no hay más. Un paisaje desierto. En realidad, eso es lo que debería de ser. Un paisaje desierto y nada más. Como la inspiración. Como el alma. Como el corazón. Desierto.

jueves, 15 de diciembre de 2011

como un niño me oculto en la inmesidad de las sabanas buscando la calidez que le hace falta a mi corazón, me recluyo, hago mío el espacio y me concentro en la respiración de mis pulmones-que me fallan, que me fallan y pienso en ti, y pienso en ti. Los acordes melancólicos parecer expresar el necesario adiós entre tu y yo-- el cual reniego todo el tiempo y con total pesar. Tus ojos con tu sonrisa no salen de mis pensamientos, de mi cabeza. Cuando uno piensa que no puede hacer más torpezas es cuando precisamente uno es más torpe. Solo desearia que lo olvidarás, porque te quiero tanto-- tanto. ¿Alguien afuera oye mi canto, el gran gemido? Ahora mismo que me mantiene.... ¡que me mantiene atado a este mundo! No quiero nada, te necesito esta noche-- como la canción pronuncia. Me lleva al desierto en donde el viento golpea mi cara violentamente y el fuego se extingue y me quedo en lo frio, en lo frio. Sufrir mi deseo, cuenta otra linea de aquella canción que silva con la ráfaga de viento. El momento perfecto nunca aguarda, solo aguarda el dolor y la melancolía en lo que podría ser un paisaje sin amor. Mis dedos, una vez más se inmovilizan. Paralización una hora, un momento en este día, en esta semana, en este año. Pretendamos salir, tu y yo juntos, en la noche con las manos juntas. Pretendamos recorrer la ciudad como si fuera a albergarnos con su calidez. Pretandamos hablarnos en plural, prentendamos simplemente un nosotros. Pero regreso a mi casa solitario en la acera solitaria en la que alguna noche terminaré por morir y ser olvidado o recordardo en un vacío, al final eso no importa. El brillo en tus ojos es lo que importa con el brillo en mis ojos es lo que importa. Dos sonrisas y tres sonrisas. Ven acercate esta noche, acercate a mi pecho lentamente y escucha como te canto estos versos. Solo para ti, solo para ti. Resguardemonos uno al otro sin importar el mundo por una vez, ni el tiempo, ni el espacio. Determinemos solamente una historia en un momento vacío. Por todos lados, por todos lados surgen ecos y ecos que prologan la vida-- una vida minima, una vida extensa. Como la herida en mi mano que simplemente es una quemada. Las quemadas, las heridas que recuerdan los hechos por siempre. Tengo heridas y quemadas en todo mi cuerpo que me hacen recordar y vivir, vivir- ir mo- morir. Noche de estrellas hoy que caen como las lágrimas que deberían caer de mis ojos, pero que se detienen simplemente. Te extraño tanto. Las hermosas flores se quedan hoy en mi cuarto y con ansiedad miran hacia tu puerta, porque te pertenecen. Rogar por tu sonrisa. N0 hay más. Descansa mi amada. Fragmentos....

lunes, 12 de diciembre de 2011

luces intermitentes. Desde lo más oscuro de mi ser, desde lo más sombrío y tenebroso de mi ser te escribo esta noche. Te escribo desde mi corazón con lágrimas afuera recorriendo mi cuello y mejillas, porque asi es esto, porque simplemente asi es esto y no hay más preguntas que responder y ni siquiera plantear. El hecho es tal y no hay nada más ahí. La luna es altamente sombría, el amor se pierde entre cada cabidad de las rocas que están destruídas y siempre víctimas del desastre. Del desastre siempre. Mi egoísmo no me impide cesar en esto. Sin reparo, y aún con este pecado, solo deseo enviarte un beso a donde sea que te encuentres. Hermandad y respeto. Las palabras son tan sucias como cada sentimiento, lo sé bien. El acto de escribir simplemente será un acto impuro y, sin embargo, lo expreso porque mi dolor no tiene más aforo dentro de mi. Ni al escuchar los acordes que han limpiado mi alma más de una vez, ni al ver las fotos más hermosas de siempre se detiene esta condición y mi boca sigue seca y mi respiración imposible. Más en estos días todo está frío. Realmente todo está frío totalmente. Mi amada sufre y cada estremecimiento de su dolor es parte del mío también. No se habla de justicia, sino de las cosas como son. Mi dolor viene de más arriba, de una extensión del todo y de la nada. Partes de mi cuerpo, en donde todavía inhalo y encuentro la inocencia que me permite sentir--- y porque el sentir lo es el todo---, se desmoronan como esas personas realmente geniales y totalmente admirables. Una mirada, un acorde de guitarra, un cuento lanzado al abismo. Cuando la luna se junta con el mar y separa a dos amantes por siempre. Lo siento, no puedo más que decir que lo siento totalmente desde lo más oscuro de mi alma al permitirme expresarlo esta noche. Apagar la luz.